e-Learning: Tendencias en el Proceso Tutorial

e-Learning: Tendencias en el Proceso Tutorial

La tutoría en e-LearningLa tutoría en e-Learning, como elemento fundamental del conjunto, ha evolucionado. Si; esta afirmación darwiniana nos permite observar una mayor preocupación en el diseño de estrategias orientadas al logro de los objetivos de aprendizaje propuestos en las acciones formativas.

Idealizados, quienes tutorizan una acción formativa, deben dominar todos los aspectos que la envuelven, es decir, deben ser “especialistas” en los contenidos (demostrarlo, el alumnado lo nota), y en las tecnologías que se agrupan dentro del medio donde se desenvuelve dicha acción (plataforma, por ejemplo). Este dominio debe incidir en el diseño de estrategias que permitan el uso y disfrute de la mayoría de las herramientas tecnológicas, llegando a todos por igual de manera oportuna y eficaz, para así facilitar el aprendizaje.

He tenido oportunidad de tutorizar decenas de cursos y he descubierto que una estrategia, aunque esté muy bien diseñada, no funciona en conjunto, sino como punto de partida para la atención casi individual; cada participante tiene una necesidad distinta. Es así como entonces sé que el profesional que tutoriza acciones formativas a través de la modalidad e-Learning y cualquiera de sus derivados (blended, mobile, personal, etc.), sigue una serie de métodos que le permiten diseñar las estrategias para llevar a cabo con éxito el proceso de aprendizaje, cumpliendo con la bidireccionalidad, es decir, tutores – alumnado y alumnado – tutores, generando confianza y complicidad sobre la base de un ambiente adulto, con conocimientos y experiencias parecidas y que tanto un actor como el otro son susceptibles de aprender en ese momento, siendo capaces de detectar las inquietudes tanto de uno como del otro.

Ya en la recta final del siglo pasado, cuando aun pensábamos que lo online era lo mismo que lo presencial pero a través de Internet, Zane L. Berge, nos habló de las funciones del tutor, dentro de las que destaco:

Funciones del Tutor. A partir de Berge (1995)

Funciones del Tutor. A partir de Berge (1995)

Otros expertos también hacen referencia a esta temática, desde distintos puntos de vista, alimentando lo que en conjunto enriquece el quehacer de la tutoría dentro de las buenas prácticas en esta modalidad educativa; es decir, especialista en contenidos, conocedor del medio tecnológico, facilitador, dinamizador y evaluador tanto de los aprendizajes como de la acción formativa. A simple vista, esto se puede ver como la publicidad del pulpo que hace búsquedas para una Web de comparativa de viajes.

Algunos esquemas sobre los puntos de vista de distintos autores

Algunos esquemas sobre los puntos de vista de distintos autores

Considero que las competencias del quehacer de la tutoría siguen evolucionando, tanto en razón de las tecnologías como de las necesidades de aprendizaje empíricamente hablando. Como muestra de la evolución: los ambientes personales de aprendizaje y de la autoformación. Carlos Marcelo hizo referencia en su ponencia del 2º EncuentrOjú a esta tendencia, el p-Learning (Personal Learning); afirmando que independientemente del medio que se utilice para impartir formación, quien tutoriza:

…toma un papel más de facilitador o mentor utilizando un enfoque que continuamente evalúa las necesidades de los alumnos. … es un orientador, guía, coach … personaliza experiencias de aprendizaje utilizando para ello recursos digitales adaptados a las necesidades formativas de la persona que se está formando.

¿Es a esto donde queremos llegar?, ¿ofrecer ambientes donde el aprendizaje realmente cubra la necesidad del alumnado?, ¿a través del proceso tutorial?

Pues yo afirmaría que SI.

Referencias

Adell Segura, J., & Sales Ciges, A. (2000). Enseñanza online: elementos para la definición del rol del profesor. Sevilla: Kronos. Recuperado el 25 de 04 de 2012, de Centro de Documentación “Salvador Novo”

Berge, Z. L. (1995). Facilitating Computer Conferencing: Recommendations From the Field. Educational Technology, 35(1), 22-30.

Cabero Almenara, J. (2004). La función tutorial en la teleformación. En F. Martínez Sánchez, & M. P. Prendes Espinoza, Nuevas Tecnologías y Educación (págs. 129-144). Madrid: Pearson Educación.

Marcelo García, C. (2012). Del e-learning al p-learning. Personalizando la formación. Recuperado el 25 de 04 de 2012, de Blog de la Cátedra UNESCO de Educación a Distancia (CUED)

8 comments

  1. Hola Willman, ¡un tema bastante interesante!

    El tutor es una figura moderadora y por ello necesita algunas virtudes para agilizar y amenizar el proceso formativo, mostrar interés, contestar y enviar correos y por supuesto, conocer la materia y solventar dudas.

    Creo que a estas alturas todos hemos visto de todo y en ocasiones casi mejor no tener un tutor en el curso y otras en cambio ha sido gracias al tutor donde he encontrado fuerzas, ganas y motivación para continuar : )

    Al hilo, hace años ya hubo un post en el que lanzamos una pregunta sobre la figura del tutor elearning.
    «¿Tutor elearning?»
    http://ojulearning.es/2010/06/%C2%BFtutor-e-learning/

    ¡Saludos!

    • David Puente says:

      Willman, ¿esto que es? ¿una entrada en un blog o un artículo de revista? Por favor!!!! Willman… que esto es un blog y que en un blog no deberías usar referencias bibliográficas de esta forma. Que llevas ya muchos años de Internet como para hacer esto 😉

      • willmanacosta says:

        Ojú mi David :-), que nos conocemos desde hace mucho tiempo y sabes como soy, que todo lo que escribo lo sustento, sea artículo de revista o un post en un blog. No le des más vueltas que sabes que soy así. Además, si no se hace así como lo he hecho, lo siento, pero seguiré haciéndolo de esta forma. Un abrazo y gracias por la observación 😉

  2. emarcenet says:

    Interesante reflexión Willman, pero, ¿cómo adquieren ciertos profesionales estas competencias?, sería una pena desaprovechar su potencial. ¿Es suficiente un simple curso de «gestor de plataformas e-learning»? Pongo un ejemplo, a ver si se explicarme: Un profesional excepcional en fontanería y que en clases presenciales ha conseguido unas competencias más que suficientes para crear un ambiente muy positivo y productivo en las prácticas del curso. Pero… con las tecnologías es un poco «patoso/a». Ha realizado el curso al que me refería anteriormente y, su experiencia con el «elearning» no es positiva, no sabe comunicar… ¿Cómo solucionamos esto? ¿Pondrías a algún experto/a o guía pedagógico ente medio del profesional y el alumnado?

    Un saludo y muy buen post Willman 😉

  3. willmanacosta says:

    Hola Marcelino, es interesante lo que planteas y me lleva a responderte con una de las conclusiones a que siempre he llegado acerca de la modalidad que nos atañe; lamentablemente, tanto la formación a distancia «pura y dura» como el e-Learning, no es para todos ni para todo.

    El ejemplo que propones de una persona que ha adquirido un conocimiento en un campo específico y que por ende podría transmitirlo perfectamente, no significa que lo haga con éxito, ni que la tecnología sea un obstáculo, pues como todos sabemos, el poder transmitirlo exitosamente pertenece al «arte» que debería tener en sí el que dedica su vida a las ciencias de la educación. Sin este «arte» no es posible «comunicar». Conozco gente que cuya profesionalidad es indudable y envidiable en la rama educativa de su competencia (diseñadores instruccionales y curriculares, evaluadores de los aprendizajes, especialistas en contenidos, etc.); sin embargo, al actuar con un público que debe/quiere conocer sobre la materia en cuestión logra bostezos y comentarios como «qué ha dicho…»

    Tanto la acción de tutorizar (e-Learning), como la de asesorar (Educación a Distancia), el ser mentor, requieren más que de competencias, de habilidades que permitan al individuo transmitir conocimiento y que su interlocutor comprenda lo que se está debatiendo en ese momento, pues esta modalidad no es enseñar, es debatir acerca de un tema en tiempo y espacio de interés para ambos, es aprendizaje «adulto» donde ambos actores producen ganacias.

    Saludos

  4. Dani Porras says:

    ¡Excelente reflexión Willman!
    Yo me quedo por supuesto con ese último apunte que nos lleva a concebir la figura del tutor como facilitador.
    Cada vez tenemos precisamente más facilidades para aprender autonomamente, da la impresión de que todo el conocimiento está ahí fuera al alcance de cualquiera. El tutor, creo que como tú lo entiendes, debería ser el encargado de crear situaciones de aprendizaje idóneas, plantear problemas que resolver, guiarle en la búsqueda de nuevas fuentes mediante las que mantenerse actualizado,…

    ¡Un saludo, compañero!

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